Central 5 – Rampla 1: Otra debacle total

 

Tener 15 días de receso luego del triunfo ante El Tanque Sisley venía muy bien para recuperar a los lesionados. Sin embargo, terminó siendo peor, porque en el último partido de entrenamiento, Jorge Giordano perdió a Marcel Novick y Julián Lalinde, ambos habituales titulares. Para reemplazar a Lalinde, el entrenador hizo la lógica, colocando a Paul Dzeruvs, dándole una nueva oportunidad al juvenil delantero de excelentes minutos en el clásico, pero de muy flojo desempeño en el resto de los partidos en los que le tocó ingresar. Sin embargo, la sorpresa fue el reemplazo de Novick. Teniendo a Maximiliano Arias y Willington Techera, experientes futbolistas y que ya habían tenido minutos en este torneo, Giordano se inclinó por el juvenil Oscar Russo, quien pasó de no ocupar ni siquiera un lugar en el banco de suplentes, al equipo titular. Sin desmerecer las condiciones del juvenil, no parecía era el momento más indicado para hacerlo debutar. De visitante, en un partido clave, con la presión de la transmisión televisiva, etc.
Así fue que los once de Giordano para salir al campo del Parque Palermo y enfrentar a Central Español fueron Lucero Álvarez en el arco, César Vargas, Gastón De Los Santos, Javier Benia y Álvaro Alonso en defensa; Rafael García, Oscar Russo, Marcelo Broli y Richard Núñez en el mediocampo; Paul Dzeruvs y Matías Britos en ofensiva.

Apenas transcurrían 2 minutos de juego, y Rampla ya estaba perdiendo. Tras un ataque picapiedra, un larguísimo rechazo de un defensor palermitano encontró a Cristian Palacios mano a mano con el juvenil debutante Oscar Russo. El ex delantero de Peñarol ganó la posición, cuerpeó y derribó al defensa rojiverde, y definió notable ante la salida de Lucero Álvarez, que llegó a tocar la pelota pero no pudo evitar su destino de red. Quizás el error fue dejar a un pequeño e inexperiente futbolista como último hombre, en lugar de un hombre de más experiencia y envergadura.
A los 4´ otra vez Palacios llegó totalmente desmarcado a definir, ahora notablemente habilitado por Matías Vecino. Allí Lucero tuvo su revancha y tapó el mano a mano.
Los primeros minutos fueron calamitosos para Rampla. Giordano ordenó jugar con línea de 3 para adelantar a Álvaro Alonso a la mitad de la cancha, sin embargo, el equipo perdió mucho más de lo que ganó con esa variante. A los 16´ otra vez Vecino dejó de cara al gol a un compañero, esta vez a Darwin Ramírez, quien no pudo convertir porque César Vargas llegó justo al cierre. Luego vino un tiro de esquina lanzado al primer palo, peinado hacia el segundo, y Palacios cabeceó casi desde la línea de gol, pero hacia fuera. Maduraba el segundo gol palermitano y no tardaría en llegar. A los 20´ triangularon Vecino y el paraguayo Renault por derecha, vino el centro y Palacios, nuevamente desmarcado, definió con toque corto dentro del área chica. Central ganaba 2 a 0 y era totalmente justificado.
Un poco porque los locales se serenaron luego del segundo gol, y otro poco porque los picapiedras se serenaron, el partido comenzó a emparejarse. Los dirigidos por Giordano se adelantaron en el campo y dominaron el balón, pero con muchas dificultades para generar juego. Con Matías Britos luchando de forma incansable contra la defensa palermitana y Richard Núñez mostrando movilidad y buena pegada, Rampla intentaba arrimarse al arco rival. Así fue que tuvo un par de chances para descontar. Primero a los 25´ en una pared entre Dzeruvs y Britos que terminó con un débil remate de este último, controlado por el arquero. Un minuto después un tiro de esquina de Núñez que encuentra a Britos totalmente desmarcado pero cabeceando apenas afuera. Nuevamente Matías de cabeza casi logra el tanto, anticipando al arquero en el primer palo y peinando una pelota que se iría al lado del palo.

Finalmente, a los 40 minutos, una guapeada de Britos le permitió robar una pelota que parecía perdida, internarse en el área y provocar la falta de un defensa rival. La pena máxima la ejecutó en forma notable Richard Núñez para marcar el 1-2. Si bien es cierto que en los primeros minutos Central pudo lograr una diferencia mayor, también es real que sobre el final Rampla hizo méritos para descontar. En ese panorama, el resultado al término del primer tiempo parecía justo.
En el complemento Giordano mandó a Matías Cartagena a jugar como volante ofensivo, sacando a Russo. Todo podía pasar, porque los rojiverdes estaban a tiro del empate y los palermitanos podían sentir la presión de llevar 3 partidos sin ganar. Sin embargo, todo esa especulación se derrumbó al minuto, cuando Matías Vecino marcó el 3 a 1. Otra vez, la defensa de Rampla estuvo mal parada y la ausencia de un futbolista en el lateral permitió que un futbolista rival avanzara por la banda sin oposición. Vecino en vez de colocar el pase al medio, se la jugó y con un fuerte remate cruzado marcó el tanto.
Los picapiedras volvieron a desordenarse y a buscar el gol con ganas pero sin ideas. Dzeruvs no aparecía, por tanto Britos estaba muy solo contra toda la defensa rival. Cartagena entró muy bien, pero le faltaron socios, porque Richard Núñez se cansó y no gravitó como en el primer tiempo. Giordano mandó a Willington Techera a la cancha en lugar de Rafael García, buscando más manejo de pelota y desborde, y rato más tarde colocaría al argentino Nicolás Abot por Paul Dzeruvs. Ninguna de las variantes dio resultado, y salvo otra resolución individual de Britos, el gol de Rampla no se veía venir. Por otra parte, Central no renegaba su planteamiento ofensivo, y en cada contragolpe podía aumentar la diferencia. Así ocurrió a los 23´, cuando Broli perdió una pelota en la mitad de la cancha y tras una veloz combinación con Ramírez, Palacios puso el 4-1, liquidando totalmente el partido.
Para peor, a los 27´ llegaría el penal de Lucero Álvarez sobre el propio Palacios, que el ex aurinegro transformaría en gol, marcando su cuarto tanto personal y el 5-1 en el marcador. De más está decir que los minutos siguientes fueron en vano. Salvo Britos, que luchó cada pelota como si fuera la última, y Cartagena que quería aprovechar la oportunidad de mostrarse, el resto del equipo estaba entregado.

Llegó el pitazo final de Roberto Silvera y terminó el suplicio. Una nueva derrota estrepitosa de Rampla, la tercera en cuatro partidos, lo cual indudablemente indica que estas duras caídas no son casualidad. Primero fue de locales contra Wanderers 1-4, luego como visitantes 0-3 ante Fénix, y tras la victoria frente a El Tanque, esta nueva goleada en contra. Los dirigidos por Jorge Giordano recibieron 14 goles en 4 partidos, lo cual es una muestra evidente de que algunas cosas se están haciendo mal, principalmente en el plano defensivo, que había sido el fuerte de este equipo en la levantada del cierre del Torneo Clausura. Es cierto, han faltado valores importantes, como Carlos Díaz, Marcel Novick y Julián Lalinde, pero se supone que el trabajo logra que la idea de juego pueda mantenerse pese a las ausencias. Es tiempo de autocrítica, de mirar hacia adentro y no poner excusas. Aquí hay un cuerpo técnico que lleva 21 partidos al mando del equipo, y que tuvo una pretemporada acorde a las exigencias del medio. Recibir una goleada puede ser casualidad, porque partidos son partidos, pero cuando se sufren 3 en 4 presentaciones es porque las cosas están fallando. Para empeorar el panorama, los rivales directos en la lucha por la permanencia vienen ganando, y la situación comienza a ser cada vez más riesgosa. Quizás el próximo partido sea la oportunidad ideal para redimirse, porque Rampla recibirá en el Olímpico a Defensor Sporting, el actual campeón. Esperemos que sea el comienzo de la recuperación rojiverde.

Por Marcelo Baruffaldi - mbaruffaldi@ramplajuniors.com

 

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