Rampla 1 - Cerrito 3: Doble preocupación

 

Cerrito salió a jugar el partido como lo que era, una final. Sus futbolistas ingresaron enchufados, metidos en el juego, recurriendo a todas las formas posibles para imponerse, incluso muchas veces, como se dice popularmente, “jugando sucio”. Esto sorprendió a Rampla, que seguramente no esperaba un planteamiento tan agresivo del rival.
El equipo de Del Capellán saltó al campo con Lucero Álvarez en el arco; Maximiliano Pereiro, Martín Bonjour y Javier Benia en defensa; Willington Techera, Bruno Barreto, Marcel Novick y Álvaro Alonso en el mediocampo; Richard Núñez como enganche; Rodrigo Cubilla y Nicolás Guevara en ofensiva.
Ya a los 4 minutos casi llega la apertura para los visitantes, con un cabezazo que Lucero Álvarez sacó al córner, llegando abajo contra el primer palo. Muy poco después, a los 7 minutos, se produjo el primer gol del partido. Rampla estaba mal parado en el campo y había una enorme distancia entre la línea defensiva y los volantes, lo cual provocó que quedaran mano a mano 3 atacantes visitantes contra 3 defensas locales. Llegó el pase al medio e Iván Pailós anticipó a su marcador y con un toque suave marcó el tanto.
A los rojiverdes les costó muchísimo reaccionar. Los auriverdes acumulaban muchos hombres en defensa, y además la mayoría de ellos con una importante estatura, por lo que ya se veía que iba a ser muy difícil complicarlos por el juego aéreo. Sin embargo, este fue el único recurso que mostró Rampla en todo el partido: centros y más centros. De pelota quieta, con balón en movimiento, frontales, desde el costado, de todas las formas que se puedan imaginar.

Entre tantos intentos, a los 37´ estuvo el empate en una palomita de Álvaro Alonso, quien ingresó por el segundo palo y con el arco libre, porque el arquero Salgueiro había salido a cortar el centro sin éxito, cabeceó desviado. Esa fue la única chance clara para empatar que tuvo el picapiedra, que era incapaz de progresar con balón al ras del piso y terminaba siempre en envíos aéreos para Guevara y Cubilla.
Corrían 38 minutos cuando Lucero y Pereiro no coordinaron y Maxi tuvo que sacar la pelota al lateral. Desde ese saque de costado vino un centro al corazón del área, incómodo y todo el grandote Pailós pudo cabecear y la pelota se metió abajo contra el segundo poste.
Así Cerrito ponía un 2 a 0 que parecía lapidario, porque Rampla no le encontraba la vuelta al cerrojo defensivo dispuesto por los auriverdes, que ya desde el mismo momento en que se pusieron en ventaja, hacían tiempo en cada oportunidad que tenían.
Llegó el pitazo de Andrés Cunha y se terminó una primera mitad funesta, seguramente la peor de los rojiverdes en lo que va del campeonato.
Para la segunda mitad, Eduardo Del Capellán puso a Danilo Moreno Asprilla y sacó a Willington Techera, pasando del 3-4-1-2 al 4-2-1-3. Alonso bajó al lateral zurdo para armar la línea de 4 y el colombiano se ubicó como puntero derecho.
En la primera que tocó, Moreno se escapó en velocidad y tiró el mejor centro de la tarde: fuerte y desde el final de la cancha. Sin embargo, la pelota pasó de largo por delante del arco, sin que nadie pudiera tocarla.

De todos modos, con el correr de los minutos, los rojiverdes se fueron olvidando del colombiano, y volvieron a caer en el centro previsible y llovido al área. Richard Núñez intentó con un par de remates de corta y media distancia, pero la pelota se iba afuera o rebotaba en la madeja de hombres que Cerrito tenía dentro del área.
Con más ganas pero con la misma carencia de ideas, Rampla iba e iba contra el área visitante, quedando paulatinamente más desguarnecido en defensa, puesto que Benia y Bonjour se sumaban al ataque cada vez que podían.
Así fue que a los 25 minutos llegó el penal sobre el capitán Benia, quien fue tomado dentro del área cuando iba a buscar un rebote. Richard Núñez lo transformó en gol y le puso suspenso a la recta final del partido.
Sin embargo, la receta picapiedra no se modificó, siguió siendo la misma insistencia por el juego aéreo, donde los defensas visitantes se aburrieron de despejar balones, al tiempo que tanto jugadores como cuerpo técnico hacían tiempo de todas las formas imaginables.
La única incidencia donde pudo llegar el empate fue a los 40´, cuando Bonjour ganó de cabeza y Cubilla cabeceó en segunda instancia, desviando la pelota justo hacia las manos del arquero Salgueiro.
Literalmente regalados atrás, los rojiverdes acumularon gente dentro del área auriverde, dejando enormes espacios libres que serían aprovechados por Cerrito recién en los descuentos, cuando Joel Burgueño se escapó solito y puso el tercero ante la salida de Lucero Álvarez.

Llegó el final del partido y se consumó la derrota de Rampla Juniors ante Cerrito. Un partido que no se podía perder por dos razones. Primero, para evitar que Cerrito sumara 6 puntos para acercarse a los rojiverdes en la tabla de la permanencia, ya que los auriverdes duplican su puntaje. Segundo, para no perderle pisada a Racing y Bella Vista, los equipos de puntaje simple que más cerca están de Rampla en la tabla de la permanencia.
Por todo esto, el resultado cosechado es doblemente negativo. Pero más allá de lo estrictamente numérico, lo más preocupante es el funcionamiento, que fue muy malo en el primer tiempo y malo en el segundo, jugando ante un rival de los más débiles del campeonato. Deberá trabajar muchísimo Eduardo Del Capellán para recomponer la situación y lograr la regularidad necesaria para que el equipo comience una racha positiva que le permita acumular puntos para soñar con mantener la categoría. Así, como se jugó contra Cerrito, no es la forma. Hay que jugar desde el primer minuto como si fuera el último de la temporada, porque sino, cuando Rampla quiera acordarse, será demasiado tarde, como lo fue en esta mala tarde ante Cerrito.

Por Marcelo Baruffaldi – mbaruffaldi@ramplajuniors.com

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