Fernando Araujo realizó 2 variantes respecto a la oncena titular que había iniciado los últimos 2 partidos, ante Peñarol y Rentistas. Ingresaron Martín Bonjour en lugar de Lucas Staudt y Tabaré Da Cunha por Nicolás Guevara, pasando Danilo Moreno Asprilla como delantero. Los titulares por lo tanto fueron Lucero Álvarez en el arco; César Vargas, Martín Bonjour, Javier Benia y Hugo Souza en defensa; Tabaré Da Cunha, Oscar Russo, Marcel Novick y Rodrigo Rojo en el mediocampo; Ismael Espiga y Danilo Moreno Asprilla en ofensiva. Seguramente la idea de Araujo era fortalecer el juego aéreo del equipo con la inclusión de Bonjour, por más que Staudt no había tenido un buen rendimiento ante Peñarol. Con la inclusión de Da Cunha, ganó más marca en el mediocampo y además esto le permitió tener mayor velocidad en ataque, con la reubicación del colombiano.
El primer tiempo se caracterizó por lo crispado, en gran medida por la pasividad del árbitro Javier Bentancor, que hizo la vista gorda en varias ocasiones, permitiendo varias faltas fuertes que no fueron ni siquiera sancionadas. Antes de los 5 minutos, Ismael Espiga recibió un codazo de un rival, que obligó a la sanidad a atenderlo varios minutos al costado del campo. Volvió con una venda y una red en la cabeza. Ni el juez ni el línea vieron la agresión.

Sabíamos que ese era el juego de Fénix, un equipo agresivo, que busca “picar” los partidos como se dice en la jerga futbolística, y así sacar provecho de las jugadas de pelota quieta. Su técnico Rosario Martínez presenta un planteo con mucha gente agrupada en defensa y veloces delanteros para salir rápidamente de contragolpe.
Para empeorar el panorama, en esa mitad inicial, el viento favorecía a los locales, y esto provocaba que hasta las faltas ejecutadas a pocos metros del área de Fénix, terminaban en centro a la olla al área picapiedra. En este aspecto fue importante la presencia de Martín Bonjour, por su estatura y juego áereo. Lucero Álvarez estuvo atento y la defensa de Rampla prácticamente no pasó zozobras.
Claro, del otro lado, en el plano ofensivo, era muy difícil filtrarse entre la enredadera defensiva de los de Capurro. Los rojiverdes intentaron fundamentalmente por los costados, con desbordes de Rojo y Da Cunha. A los 8´ Rodrigo intentó con un remate cruzado que se perdió cerca del segundo poste. A los 19´ apareció Oscar Russo acompañando a Da Cunha y metiendo un centro que Danilo Moreno Asprilla cabeceó desviado.
El propio colombiano se mandó un jugadón cuando corrían 28 minutos, eludiendo a varios rivales y metiéndose al área con pelota dominada, pero no pudo encontrar el hueco para rematar y le quitaron la pelota, cayéndose solo pese a que la parcialidad picapiedra reclamó penal.
Sobre el final de esa mitad inicial, llegaría la chance más clara hasta ese momento. Fue a los 40 minutos, cuando Rojo metió el centro, Javier Benia la peinó en el primer palo y Espiga ingresó por el segundo palo, pero en posición bastante incómoda y no pudo puntear la pelota hacia el fondo de la red, perdiéndose el mismo apenas por arriba del palo.

En la etapa complementaria, Fénix se replegó, cediendo la iniciativa a Rampla, sabiendo de la necesidad imperiosa de puntos que tienen los rojiverdes. Así fue que en los segundos 45 minutos, las chances más cercanas al gol las tendrían los albivioletas, de contragolpe.
Los picapiedras fueron y fueron, pese a chocar contra la defensa rival y con su propia incapacidad para terminar las jugadas. A los 18´ ingresó Richard Núñez y se fue Hugo Souza, pasando Rojo al lateral izquierdo. Núñez no pudo gravitar mucho, ya que prácticamente no había espacios para generar juego por abajo.
No pudiendo crear peligro jugando al ras del suelo, Rampla también comenzó a recurrir al juego aéreo, contando con varios tiros de esquina consecutivos. En uno de ellos, a los 24 minutos, Bonjour ganó por arriba tras centro de Núñez, pero su intento se fue por arriba.
Sobre la media hora, cada vez le costaba más volver a los defensores rojiverdes y Fénix contó con un par de chances muy claras para convertir. A los 30´ y a los 33´ se dieron incidencias muy similares: contragolpe, centro pasado y un futbolista albivioleta ingresando solo y cabeceando afuera.
Pese a esos sustos, Rampla no dejó de ir al frente a buscar la victoria. A los 35´ Araujo mandó al campo a Maximiliano Brito por Espiga y Bruno Barreto en lugar de Da Cunha. Si bien no cambió el sistema, ingresaron hombres de refresco que terminarían siendo fundamentales al final.

Un sofocón más tuvieron que pasar los rojiverdes a los 41´, cuando otra vez un jugador albivioleta apareció solo en el área para conectar un centro, esta vez intentando de tijera y muriendo el balón en las manos de Lucero Álvarez.
Luego ingresó Trujillo, futbolista claramente identificado con nuestro clásico rival, pegó un patadón y se fue correctamente expulsado. Cuando se retiraba, hizo gestos a la parcialidad de Rampla, escondido detrás de un alambrado y separado por sus compañeros. Un acto de cobardía repudiable, como fue también entrar a la cancha, pegar flor de patada y dejar a sus compañeros con 10. Eso no es guapeza, más bien es todo lo contrario.
El árbitro Javier Bentancor lo expulsó y de inmediato marcó los 2 minutos de descuento. Parecía increíble que con todo el tiempo que se perdió, apenas hubieran 2 vueltas de reloj por recuperar. De todos modos, alcanzó justito. Los picapiedras siguieron yendo al frente, sin importar el poco tiempo que quedaba por jugar. Y así llegó la última jugada del partido. Rodrigo Rojo desbordó y llegó hasta la línea final para tirar el centro. Miró hacia el centro, y estaba solo Maxi Brito, entonces esperó un instante más para ver si llegaba algún compañero. Como eso no ocurría, finalmente mandó el balón al área. Brito fue al forcejeo con el defensor, la pelota quedó boyando, y apareció de la nada Bruno Barreto para pellizcar la guinda justo antes que llegara la pierna del rival, provocando el penal, cobrado sin dubitaciones por el árbitro, quien estaba frente a la incidencia.
De inmediato el juez aclaró que no habría rebote, ya que estaba sobrepasado el tiempo añadido y la única incidencia que puede ejecutarse fuera de hora es el penal. A todo esto, Barreto recibiendo todos los abrazos, el colombiano Moreno Asprilla de rodillas como rezando, y la pelota en las manos de Richard Núñez, con el triunfo en su pie zurdo. Lo transformó en gol con un tiro fuerte y cruzado, ante un arquero que eligió el otro palo.

Gol y pitazo final. Festejo rojiverde, dedicatoria para Trujillo, y regreso a casa con tres puntos de oro. Ganar era fundamental para no perderle pisada a Racing y Bella Vista en la tabla de la permanencia, e incluso tener la chance de descontar la diferencia si alguno de estos equipos dejaba puntos en sus respectivos partidos.
Pero más allá de lo numérico, fue un triunfo de esos que nos demuestran que se puede, que mientras haya vida habrá esperanza, y digan lo que digan los demás sobre Rampla, acá no se rinde nadie.
Ya llegará el momento de hacer un balance y comenzar a delinear el Torneo Clausura 2012, pero lo importante es que dejando todo hasta el último instante, jugando cada partido como una final, podremos quedarnos en el círculo de privilegio, el lugar que nos corresponde.
Por Marcelo Baruffaldi – mbaruffaldi@ramplajuniors.com