Pasaron 10 partidos para que Rampla pudiera sacarse la mufa y lograra obtener su primer triunfo del campeonato. Una victoria que ya era impostergable desde hace varios partidos, pero que por una razón u otra nunca se había podido lograr. Esto es lo más rescatable del encuentro frente a Miramar Misiones, y no es un detalle menor, había que ganar de una buena vez porque la presión era cada vez más asfixiante. Se logró sin desplegar un fútbol exquisito, pero con un planteamiento que se asemeja mucho más a lo que es Rampla Juniors históricamente. Línea de 4 en defensa, 3 volantes de marca, 1 enganche y 2 puntas. Retaguardia bien parada, mediocampistas de incesante presión sobre el rival, un notable lanzador y delanteros pícaros y movedizos. Los intérpretes fueron Bernardo Long, que suplantó al suspendido Lucero Álvarez en el arco, Willington Techera, Javier Benia, Martín Bonjour y Néstor Moiraghi en defensa, Rafael García, Marcelo Broli, Marcel Novick y Richard Nuñez en el medio sector, Nicolás Guevara y Matías Britos en ofensiva.
Orden y progreso
Es cierto, quizás el planteamiento propuesto por Jorge Giordano haya sido demasiado conservador para un equipo tan necesitado de un triunfo, pero está claro que el mayor defecto no era la deficiencia ofensiva, sino el hecho de recibir un promedio de 2 o 3 goles por partido. Esta formación le dio consistencia y solidez al equipo, lo cual le permitió progresar en forma ordenada en la cancha.
El primer tiempo fue muy disputado en el medio sector, ya que Miramar también tenía colocaba muchos hombres en el mediocampo y dejaba pocos espacios en su defensa. De todos modos, Rampla se las ingenió para pisar el área rival y generar peligro.
La primera la tuvo Guevara, tras gran centro de Richard Nuñez, pero buscó cabecear en palomita y la pelota le picó antes. Luego otra vez el argentino, dentro del área, donde mejor rinde, bajó el balón de pecho y remató con dificultades, terminando el balón en manos del arquero. Después apareció Matías Britos, con un cabezazo entrando por el segundo palo que el portero sacó al córner, y con un remate en posición incómoda dentro del área que se fue apenas por arriba del palo. La única de Miramar fue tras un desborde por derecha, y un pase al medio que Ignacio Medina no pudo conectar.
El primer tiempo se fue sin goles, pero con Rampla cerca de la apertura.

Lo buscó, lo generó y lo convirtió
Cuando Nico Guevara está dentro del área, todo puede suceder. Si bien comenzó la temporada bastante mal físicamente, poco a poco va recuperando su ritmo, lo cual le permite desmarcarse como decían antes “en una baldosa”. Así, a los 10 minutos, llegó la jugada del penal que abriría el score. Guevara aguantó la pelota de espaldas al arco, se quitó a su marcador y aprovechó el agarrón para tirarse y generar la falta. Como dice un comentarista, no hay penalazos ni penalitos. Fue falta y Líber Prudente la sancionó correctamente. Nicolás remató con gran clase, esperando que el arquero se tirara, para poner el 1 a 0.
A diferencia del partido contra Central Español, Rampla no se puso nervioso. Bien parado atrás, ordenado para salir jugando y con Richard Nuñez moviendo los hilos, los rojiverdes estuvieron muy cerca de ampliar la ventaja, mientras que los cebritas nunca inquietaron el arco defendido en buena forma por Bernardo Long.
Hablando de Nuñez, el rubio volante jugó uno de sus mejores partidos desde que llegó al club. Desde su zurda se generaron las mejores jugadas, además de ejecutar notablemente los centros desde la pelota quieta. Estuvo muy cerca de lograr su primer gol con la camiseta de Rampla, con sendos tiros libres. El primero pegó en la parte exterior de la red y el segundo se estrelló contra el poste, mientras el arquero cebrita solo atinaba a mirar.

Tranquilidad y triunfo al fin
Convertir el segundo gol esta vez sería definitivo, ya que el rival no le encontraba la vuelta al cerrojo defensivo de los picapiedras. Casi llega con un centro de Richard Nuñez que Matías Britos, entrando totalmente solo por el medio, no pudo conectar bien por unos centímetros. Tabaré Da Cunha, ingresado en lugar de Marcel Novick, había iniciado la jugada con un buen pase profundo.
El gol de la tranquilidad llegaría otra vez de penal. Una corrida impresionante de Willington Techera por la banda derecha, llevando el balón desde el área propia con gran velocidad, terminaría con una obstrucción de un defensa rival dentro del área. Bien cobrado el penal y correcta la expulsión del futbolista cebrita por doble amarilla.
La ejecución de Guevara fue un calco del penal anterior, el arquero a un costado y el balón al otro. El resto del partido solo sirvió para que Giordano diera ingreso a Rodrigo Rojo y Sebastián Merlo.

Terminó el partido y se consumó la primera victoria de Rampla en el Torneo Apertura. Tan merecida y justificada como necesaria. Esperemos que de confianza, que permita trabajar más tranquilos a cuerpo técnico y jugadores, y que sea el comienzo de la remontada picapiedra. El próximo rival es Peñarol, y si bien será un durísimo escollo, Rampla llega con un estado anímico ideal por el deber cumplido, porque el primer triunfo, ya está en casa.
Por Marcelo Baruffaldi – mbaruffaldi@ramplajuniors.com