El picapiedra cayó 1-3 ante Bella Vista y su permanencia en Primera División quedó muy comprometida. Más allá de que se perdió ante un rival directo y se amplió la diferencia que nos separa de los más cercanos oponentes, la ansiedad y el nerviosismo permanente de nuestros jugadores, reflejada en su falta de efectividad en el arco rival y en los errores cometidos en defensa, hacen que mantener la categoría parezca muy difícil. De todos modos, el campeonato sigue y Rampla tiene la obligación histórica de luchar hasta las últimas consecuencias. Pero así no, así no se puede.